Para mí la Parte Vieja es una parada obligatoria cada semana. Recuerdo cuando era jóven, mi aita, mi ama y yo bajábamos cada domingo a la Parte Vieja a tomar el aperitivo: la gamba del Paco Bueno, el pintxo de tortilla del Giroki o la anchoa del Txepetxa. Y en muchas ocasiones, ese aperitivo se alargaba hasta la cena. Entre trago y bocado, hablábamos de la vida y más. Llevamos así diez años. Y a día de hoy lo seguimos haciendo. ¡Que las buenas tradiciones se mantengan para siempre!