Alde Zaharra es un lugar de encuentros y reencuentros. Un lugar para compartir tus mejores momentos en la barra de un bar o alrededor de una mesa. Un lugar para disfrutar de una amplia oferta gastronómica que recorre desde lo más tradicional hasta los nuevos platos. Encuentra tu sitio aquí y disfruta de una magnífica experiencia gastronómica.
Alde Zaharra es un lugar de encuentros y reencuentros. Un lugar para compartir tus mejores momentos en la barra de un bar o alrededor de una mesa. Un lugar para disfrutar de una amplia oferta gastronómica que recorre desde lo más tradicional hasta los nuevos platos. Encuentra tu sitio aquí y disfruta de una magnífica experiencia gastronómica.
Si algo está claro es que para iniciarse en la hostelería hay que ser salsero; de esos que ven el miedo pero que, aún así, escuchan esa voz que les dice: “Hazlo, es una oportunidad única”. Y esa fue la llamada que escuchó Fernando Gorostidi, oñatiarra y actual propietario del bar Zumeltzegi de Donostia.
Ingeniero industrial de formación, trabajó durante 25 años en el sector hasta que su curiosidad por la gastronomía lo llevó a montar su propio negocio. Y así el bar Zumeltzegi abrió por primera vez sus puertas en el año 2015 en la calle Fermín Calbetón de la Alde Zaharra.
Gorostidi sabía los retos que suponía abrir un negocio, y más aún sin apenas tener experiencia en el mundo de la cocina. Pero aún así, decidió dar el paso. Y es que, en esta entrevista hemos podido comprobar que si algo caracteriza a Gorostidi es su capacidad de ser resiliente; y donde otros veían un peligro, él supo transformar ese reto en una oportunidad. Una oportunidad para aprender. Y crecer. Así nos lo confiesa: “Si quería seguir aprendiendo de cocina tenía que salir del pueblo y venir a la capital; porque aquí está el núcleo de la gastronomía; aquí está la guerra, y así es como se aprende”.
El lugar donde se sitúa el Zumeltzegi es, sin duda, un punto estratégico. En palabras de Gorostidi, su establecimiento se encuentra en “el caudal” de la Alde Zaharra. Una ubicación privilegiada que, sin duda, ha funcionado para acercar el Zumeltzegi a la ciudadanía, nos confiesa. Pero no se confundan; Zumeltzegi no es un lugar de paso. Porque quienes lo prueban por primera vez, repiten, nos confiesa su propietario.
Aquí no hay secretos; detrás de la cocina del Zumeltzegi se esconde una dedicación sin límite. Y es que la clave de su éxito reside en esa pasión por el trabajo bien hecho; una pasión que se refleja en el resultado: desde su popular brocheta de rape, pasando por su medallón de rape relleno de hongos hasta el entrecot con salsa de hongos y pimienta verde, hoy ofrecen una cocina tradicional vasca, con productos de calidad y de temporada pero con un toque propio del Zumeltzegi. Y el crep de Txipis con salsa de hongos es prueba de ello.
Desde sus inicios hasta hoy, Zumeltzegi ha vivido experiencias de todo tipo y color; tantos como su propietario; que hace 25 años decidió dejar atrás su pueblo natal para comenzar una nueva etapa en la capital. Hoy, tras años de trabajo y más trabajo, Zumeltzegi, como si de un río se tratara, ha conseguido abrirse su propio camino; un río que hoy baja con más fuerza que nunca. Y eso es, sin duda, mérito de su propietario, y de sus ganas de seguir aprendiendo.
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